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Hay tres tipos de alopecia que pueden ser generadas debido al estrés: Efluvio telógeno, la alopecia areata y, finalmente, arrancarse el pelo
El estrés generado por el trabajo y demás factores pueden traerle diferentes consecuencias al cuerpo, desde dolores de cabeza, estomacales, hasta efectos a largo plazo como la pérdida de cabello. El estrés por este tipo de situaciones se puede asociar, de hecho, con tres fenómenos que afectan el cuero cabelludo.
Según el portal Mayoclinic.org, los tipos de caída de pelo que se pueden asociar a niveles de estrés son el Efluvio telógeno, que hace que el folículo piloso entre en una fase de reposo, por lo cual los pelos que están siendo afectados pueden caerse repentinamente con peinarse o lavarse el pelo.
El segundo tipo de este fenómeno tiene que ver con el acto físico de arrancarse el folículo capilar del cuero cabelludo en situaciones de estrés, sin darse cuenta. Esto puede ser debido a sentimientos negativos o sensaciones generadas por cuenta del estrés.
Por último, se encuentra la alopecia areata, que indica que en momentos de estrés grave el sistema inmunitario del organismo ataca los folículos pilosos, provocando así una caída en el cabello.
Ahora, entre las soluciones que se encuentran para este tipo de pérdidas de pelo, se puede entender que el tratamiento que se utilice depende del tipo de alopecia que se genere. Si la alopecia es de tipo general o genético se puede usar tópicos como minoxidil o medicamentos ingeribles que suplan el déficit por el cual se está cayendo el pelo.
Sin embargo, según el portal cuidateplus.com, expertos llegaron a la conclusión que es necesario tener una fuerte presencia de un psicólogo que pueda acompañar el proceso para que determine en qué momento los casos del impacto emocional son mayores, y se está creando una reacción especifica con la pérdida de pelo.
Una vez encontrado el factor principal, este puede ayudar a reducir el estrés mediante diferentes tipos de terapias.