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Entre los síntomas motores más habituales, se presentan los temblores, la lentitud de movimientos y la depresión en 40% de casos
El Día Mundial del Parkinson recuerda que eta patología es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente tras el Alzhéimer. Más de 7 millones de personas la padecen en todo el mundo y en España hay más de 150.000 diagnosticados. Se asocia a síntomas motores, pero hay diversas manifestaciones clínicas.
El 11 de abril se conmemora cada año el aniversario del nacimiento de James Parkinson, neurólogo británico que en 1817 describió una "parálisis agitante" que hoy se conoce como Párkinson, un complejo trastorno neurodegenerativo que aparece en la vida adulta y afecta a las estructuras del cerebro encargadas del control y la coordinación del movimiento, así como del mantenimiento del tono muscular y de la postura.
Se trata de la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor incidencia en el mundo y, además, la discapacidad y mortalidad están aumentando más rápido que cualquier otra enfermedad neurológica.
Según datos de la Evaluación de la Estrategia de Enfermedades Neurodegenerativas, en 2020 se registraron en España hasta 39.384 altas de personas con Párkinson (21.573 hombres y 17.811 mujeres), y la tasa por cada 1.000 personas en Atención Primaria fue de 3,94, ligeramente superior a la tasa del año 2012 (3,29).
La prevalencia de esta enfermedad se ha duplicado en los últimos 25 años en el mundo y en España, concretamente, anualmente hay 10.000 nuevos casos más, según datos de la la Sociedad Española de Neurología (SEN): un 15% de estos casos corresponde a menores de 50 años y un tercio de los nuevos enfermos está aún sin diagnosticar.
La edad es el principal riesgo para padecerlo" y por este motivo, es probable que, en España, debido al progresivo envejecimiento de la población, el número de afectados se triplique en los próximos 30 años. Afecta sobre todo a mayores de entre 85 y 89 años (30,82 por mil personas), seguido del grupo de 90-94 años (27,80) y 80-84 años (26,57). En todos los grupos etarios afecta más a hombres que a mujeres, con hasta un 20,65% de diferencia en el grupo de mayor prevalencia (85-89 años).
Síntomas motores y no motores
La enfermedad produce diversos síntomas motores y no motores: entre los motores, los más habituales son el temblor y la lentitud de movimientos, pero no siempre son los primeros síntomas en aparecer: la depresión es la primera manifestación clínica de la enfermedad hasta en un 40% de los casos, lo que puede llevar a errores diagnósticos, apuntan los neurólogos.
Entre otros síntomas no motores destacan la ansiedad, los problemas cognitivos, trastornos del sueño, dolor, estreñimiento, problemas de deglución o de la función genitourinaria.
"Los síntomas no motores pueden llegar a ser, en muchas ocasiones, muy incapacitantes. Además, cuando los primeros síntomas de la enfermedad no son los motores o no son tan evidentes puede ser complicado identificarla de forma temprana e incluso difícil de diferenciar de otros síndromes parkinsonianos. Actualmente tenemos en España un retraso diagnóstico de entre uno y tres años y esto hace que aproximadamente un tercio de los nuevos casos estén aún sin diagnosticar", ha señalado Álvaro Sánchez Ferro, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología.
Un diagnóstico temprano permite comenzar el tratamiento de esta enfermedad en las primeras fases, lo que ayuda a mejorar la calidad de vida de los pacientes, prevenir complicaciones y minimizar la discapacidad a largo plazo. Y, aunque el tratamiento farmacológico no logra detener el proceso degenerativo, es eficaz para mejorar la mayoría de los síntomas motores y para muchos de los síntomas no motores.
Aunque tener un familiar cercano con la enfermedad de Párkinson aumenta las posibilidades de padecer este trastorno, solo un 10% de los casos son hereditarios. En nueve de cada diez casos la causa sigue siendo desconocida, aunque cada vez hay más evidencias de que su origen es el resultado de una combinación de factores ambientales en personas genéticamente predispuestas.
Según los especialistas, un buen estilo de vida ayuda a protegernos contra la enfermedad de Párkinson, lo que incluye "realizar ejercicio físico de forma regular, optar por la dieta mediterránea, o controlar la hipertensión y la diabetes tipo II".
En cuanto a factores de riesgo, "la exposición a pesticidas, a disolventes industriales, a la contaminación del aire, o a infecciones por Helicobacter pylori o la hepatitis C, también se han asociado, entre otros factores, a un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad". Los especialistas destacaron que "es necesario debatir programas de salud pública que eviten la exposición de la población" a dichos factores.
Este experto señala que "la edad avanzada es el principal riesgo para padecerlo" y que, por este motivo, es probable que, "en España, debido al progresivo envejecimiento de la población, el número de afectados se triplique en los próximos 30 años".
Ferro asegura que, mientras que el Parkinson "afecta a 2% de la población mayor de 65 años, pasa a ser al 4% en mayores de 80 años". En todo caso, la enfermedad de Parkinson no solo afecta a personas de edad avanzada ya que, aproximadamente 15% de los casos actualmente diagnosticados en España corresponden a personas menores de 50 años.